Comunicando nuestras ideas

¿Alguna vez te has detenido a pensar el tiempo que nos pasamos comunicándonos? Según estudios, nos pasamos casi un tercio de nuestra vida comunicándonos con los demás. Nos comunicamos con nuestros hijos, padres, jefes, compañeros de trabajo, amigos, etc. ¿Qué tan buena es esa comunicación?

Si quieres triunfar en tu trabajo, tienes que aprender a comunicarte. Uno de los puntos débiles de muchos profesionales, es la falta de habilidad para hablar en público. ¿Qué te da mayor oportunidad de impactar a la gente? Una presentación bien hecha.

Una presentación es una oportunidad para:
• Mostrar tu credibilidad y competencia
• Informar y aportar ideas
• Persuadir a otros para que acepten y actúen según tus ideas
• Conseguir visibilidad para avanzar en tu carrera profesional

Dados los resultados que puedes obtener de una presentación, conviene prepararla muy bien. Considera estos aspectos: audiencia, contenido de la presentación, ayudas visuales y documentación. Todo el mundo puede aprender a hacer una exposición ante un grupo; pero son pocas las personas que tienen el don natural de hacer una exposición sólida.

Elementos fundamentales para ese día tan importante de la presentación:
• Contacto ocular – Mirar con frecuencia a los ojos de quienes escuchan es una forma de generar atención, compromiso e interés. Cerciórate de mirar a todos los integrantes del grupo al terminar una frase o una idea, y antes de proseguir.
• Ademanes – Utiliza ademanes naturales y relajados para darle más énfasis a los puntos que deseas comunicar.
 Aplomo – De la confianza que muestres, puede depender el fracaso o el éxito de tu exposición. Estar de pie erguido, aunque relajado, es un ejemplo de un comportamiento sereno. Lee libros de etiqueta y lenguaje corporal.
• Control – Un buen exponente siempre está consciente de su auditorio y controla la exposición. Cuando el público da señales de estar distraído o haber perdido el interés, debes acercarte más, recurriendo quizás a ademanes exagerados para recuperar su atención. También debes sonreír, no solo con los labios, sino con los ojos. Es importante transmitir las emociones de tu propuesta, a través de tu rostro y de tus palabras.

“La oportunidad favorece solamente a las personas preparadas”.
Louis Pasteur

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